domingo, 27 de julio de 2014

Miklós Rózsa

En memoria de uno de los más grandes compositores de música de cine de la época dorada de Hollywood. 

Hoy hace 19 años que falleció Miklós Rózsa (1995). Recuerdo que ni un solo informativo dio la noticia en España e incluso revistas de ámbito nacional especializadas no le dedicaron nada o apenas unas letras.

Su sinfonismo, su grandiosidad compatibilizada con la delicadeza de sus temas dedicados a los personajes más íntimos de las películas en las que trabajó se convirtieron en sublimes herederas de la música romántica europea precinematográfica. Expirado el periodo de acusado clasicismo cinematográfico y musical, cuando en los años setenta ya imperaba otro tipo de composición y los experimentos ganaban premios -de ahí que Moroder fuera capaz de vencer a Williams en los Oscar de 1978-, su excepcional canto de cisne fue la partitura para 'El ojo de la aguja', de Richard Marquand, con la que mantuvo su sello compositivo. Pero el cine comenzaba a cambiar a la hora de visionarlo y oírlo...

'El ojo de la aguja' es una maravilla que suena así:




Pero si Miklós Rózsa llegó a emocionarme -y no solo a mí- en un estudio de radio hasta continuar hablando a duras penas a los oyentes fue con 'The Mother's Love' de Ben Hur, tema en el que el maestro logró una armonía sublime, un contrapunto melódico y una capacidad melodramática en contraste con otros momentos épicos que convirtieron el 'score' de este film en una grandiosa obra de la historia de la música en general.




Mi más emocionado recuerdo a, junto con Bernard Herrmann, mi compositor favorito en algo tan complejo como crear sentimientos auditivos para imágenes que, por sí solas, jamás hubieran logrado que nuestras emociones hubieran aflorado. Y mi afecto hacia su hija, Juliet Rozsa, con la que mantengo contacto en facebook. Deja que cada invitado se lleve a casa la memoria de tu padre con los recuerdos de un día tan especial. (Let guests take home candlelight and father's memories of a special occasion, Juliet).

domingo, 20 de julio de 2014

Los cuernos dan juego fotográfico. Las prohibiciones también

No soy nada taurino. Sí del convencimiento de que cada cual vaya a presenciar lo que le venga en gana. Si hay corridas (de toros), es porque existe público y, lo más importante, una industria alrededor de este arte o como ustedes lo quieran llamar.

Si prohibimos los toros, tenemos que inventar previamente algo nuevo con lo que dar de comer a quienes viven de ello, desde los propios matadores -repelús que me provoca esta denominación- hasta subalternos, personal de las plazas, bordadores de trajes, taquilleros, forjadores de los 'avíos de matar', que les llaman... Es como la innecesaria polémica porque un cura con carguito ha decidido enviar una circular interna a las hermandades de la Diócesis de Cádiz sobre las limitaciones de lo que deben gastar en proyectos como pasos, bordados, etc. La carta no aporta nada novedoso más allá de lo estipulado en 2003, y desde entonces se vienen dividiendo proyectos por partes para que no sufran trabas como truco útil para que en el Obispado se haga la vista gorda. La Iglesia dice que hay mucha hambre para hacer pasos, y mi amigo Manuel Guzmán Fernández asegura que habrá más bocas pidiendo comida si se cierran los talleres al no tener encargos.

¿Qué podemos inventar en la Semana Santa que no cueste dinero? ¿Parihuelas hechas con listones y pintadas a barniz? Que representantes de una institución que lleva más de dos mil años haciendo uso de una ostentación abusiva en otros muchos ámbitos que no son las cofradías tire de la oreja de esta manera resulta al menos sorprendente. Podemos quitar flores de los pasos si los curas venden sus coches o dejan de aparecer en fotos en redes sociales con cubatas en mano y en opíparos almuerzos, cosas que no solo me parecen signos de gastos nada éticos, sino lamentables ejemplos de un duro calificativo que me ahorraré. Como sugerencia, oiga: ¿Y si el clero deja en paz el patrimonio y evitan mejor la innecesaria creación de cofradías, potenciando las ya existentes, suprimen de una vez tantas procesiones chorras donde también se gasta y deja de utilizar a otras instituciones públicas para pagarse el boato de sus misas y actos?

Me desvío del tema de una manera espectacular, ustedes disculpen. Pero es el dilema de siempre, porque alguno seguramente está pensando en qué hacemos con la industria armamentística. Si fuera por Gandhi, hubiera enviado al paro a medio planeta, al que tan brutísimo ponen los fusiles y los misiles. Ya saben, aquello de que el ser humano es malo por naturaleza y los cacúmenes de Hobbes. "El arte de la guerra", le llaman. Curiosamente, como al toreo. A la estrategia, en cualquier ámbito, la llaman arte. Hitler acabó con el desempleo creando tanques y uniformes, pero ya se sabe que tantas máquinas de matar o eufemísticamente calificadas como 'de defensa del territorio nacional' no las colecciona uno como los clics de Famóbil. Si en Navantia no fabrican los BAM, la empresa se va a por tabaco. Si los construye, estamos creando armamento militar, socavando la paz y derrochando presupuesto público. ¿Aparecerá alguien que descubra la piedra filosofal que sustituya los barcos de guerra por beneficios económicos venidos de otros sectores más benévolos? Pues eso, un carajal del que no llegamos a extraer una conclusión diáfana.

Yo lo único que quería -y termino yéndome por ramas inconexas- es felicitar a mi amigo Santiago Muñoz Romero, periodista y buena gente, cuyo hijo torero, Santi, como lo llama su padre, hizo un faenón en la plaza de toros de La Isla este 19 de julio con su novillo. Yo no entiendo de cuernos y además, insisto, me gusta todo lo que rodea al mundo taurino -música, lenguaje, trajes de luces, curiosas manías- pero debo ser muy cateto y guiri cuando pienso que el toro debería tener un belcro con colchones en el lomo en el que se ensañen los de los capotes. Como eso no es posible, pues asisto porque me identifico con el compañero de fatigas en mi periódico, sin que yo sufra a un hijo torero, porque eso debe ser casi igual en grado de locura que te salga periodista, y además compruebo que cualquier mastuerzo como yo es capaz de hacer fotos medianamente pasables con mi antigua Sony Cyber-shot, lo que demuestra que aquí hace fotos hasta el más tonto, que los hay y a pares.Y es que estas cámaras tenían una lente Carl Zeiss que son la leche...

Va por el torero y el padre, especialmente la imagen de un emotivo abrazo que dure muchos años más. Tu hijo es lo que tú querías ser, Santiago, convirtiéndose por ello en tu viva imagen y tu sueño. Os quiero a los dos.















sábado, 19 de julio de 2014

Mis recuerdos de Úbeda


Bonita imagen ocurrida hace apenas unas horas. David Prowse, el actor que encarnaba a Darth Vader en la saga de 'La guerra de las galaxias', recibe su espada de manos del personaje interpretado por un figurante en las calles de Úbeda, donde se desarrolla hasta mañana domingo la segunda edición del Cinefan Festival Úbeda, un evento que me trae recuerdos de los años anteriores en los que, desde 2005, estuve presente en el Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda', ajeno ya a esta ciudad y que se desarrolla ahora en Córdoba.
 

El blog oficial de Cinefan (http://cinefanfestivalubeda.blogspot.com.es/) muestra escenarios con los que esbozo una sonrisa al verlos, el maravilloso patio del Hospital de Santiago, El Teatro Ideal Cinema, sus preciosas calles... Allí conocí gente estupenda con la que hablábamos de cine y música sin parar, de madrugada tarareábamos bandas sonoras entre copas y fuimos hilvanando una amistad que aun perdura y un contacto permanente, con un impagable Álvaro Vílchez Berlanga y su bricomanía particular ante los asombrados ojos de los vecinos a no sé qué horas de la madrugada.
 

Los tiempos han cambiado, las formas, el espíritu también, y otras muchas cosas. Paso página sobre ello. Me quedo con los recuerdos sin nostalgia alguna pero con mucho cariño de una ciudad que, como Sitges y algunas más, me acogieron y facilitaron la ampliación de mis conocimientos en el mundo del cine, sus entresijos y su música, y participé en la organización con mucha ilusión y aportando mi experiencia. Los que llevamos en la sangre esto del celuloide jamás estamos quietos, y una vez transcurrido el verano, os daré una buena noticia cinematográfica para la provincia de Cádiz en la que participo directamente. Por ahora, mis deseos de que los ubetenses y visitantes disfruten estos días de Cinefan y mis amigos que van al Festival de Córdoba también recordéis allí aquellos años donde forjamos nuestra amistad y nuestra posterior bilis, que diría una de las colegas.
 

Dedicado a ell@s. Saben sobradamente quienes son.

lunes, 7 de julio de 2014

La JCC, ejemplo para las hermandades

Quien me conoce sabe que a mí un paso por dentro, entre palos, me da urticaria. Jamás he cargado uno ni he tenido intención alguna de hacerlo. El dato no es relevante, pero por si algún malpensado o desconocedor de lo que me mueve a escribir este artículo decide prejuzgar y cree que voy buscando cargar a mi medio vejez o alguna prebenda de la asociación Jóvenes Cargadores Cofrades.

Que me entren unas enormes ganas de poner como ejemplo a la JCC para que los cofrades que dirigen las hermandades vayan aprendiendo no responde a interés alguno respecto a esta asociación, sino a hacer justicia hacia ellos por un lado y por otro -por qué no- destapar lo que no me duelen prendas en calificar de vergüenza cuando las cofradías celebran cabildos, especialmente en los que existen varias candidaturas que aspiran a dirigir los destinos de cada una de ellas.

La JCC ha dado en estos últimos meses ejemplo de cómo debe competirse por acceder a la Presidencia y junta de una institución. El sábado fue la guinda y lo pude comprobar personalmente. Me resulta tan sorprendente como lastimoso que una entidad civil -por mucho que esté relacionada con el mundo de las hermandades- sea capaz de hacer lo que los cofrades parecen tener olvidado, de dirimir en las urnas y elegir entre dos opciones sin que en las redes sociales y otros lugares en los que anida el anonimato se hayan leído insultos, descalificaciones, ataques personales, algo que justamente sucede en las cofradías cada vez que hay cabildos de elecciones. Las que se suponen son entidades piadosas llevan tiempo dando espectáculos sonrojantes, siendo precisamente asociaciones de fieles en el seno de la Iglesia. Llega una entidad civil y les da en las narices con una campaña limpia, contenida, en la que Juan Pedro García y Ángel Zapata, si han salido en facebook, ha sido en una foto de ambos juntos en un bar, compartiendo un refresco o lo que se terciara.

Si alguien piensa que soy un ingenuo, está en un error. Evidentemente, en todo ente donde se dirime el futuro existen cuitas internas. Pero esa palabra se convierte en la piedra angular del asunto: lo interno que debe tener, como principal característica, cualquier punto de vista divergente, visiones distintas sobre el rumbo que debe tomar una organización.

Me quedo perplejo cuando delante de mis narices Juan Pedro García López, en su discurso sabatino para convencer al personal que debía votar en los comicios de la JCC, culmina sus palabras entregándole a su oponente, Ángel Zapata, su programa de gobierno con el objetivo de que, si resulta finalmente el más votado, seleccione de sus ideas las que vea mejores, las que considere oportunas, ofreciéndose personalmente a apoyarlo. Y el programa se lo entrega literalmente, la votación termina y ambos candidatos se dan un abrazo entre el aplauso del personal. ¿Se imaginan a un aspirante a hermano mayor ofreciéndole su programa al otro, diciendo esas mismas palabras ante el cabildo de hermanos? No he visto ni el abrazo, ni un apretón de manos, sino muchas cosas en un buen puñado de cabildos tan alejadas de los postulados cofrades, cristianos...

No he leído un insulto ni un hilo viral envenenado en facebook de ninguna de las candidaturas que optaban a la JCC. En la pequeña entrevista realizada por SAN FERNANDO COFRADE a García López recién ganada la Presidencia, en el vídeo pueden oírse elogios a Zapata. "Incluso siendo oponente, ha estado a mi lado en toda la campaña", aseveraba. De hermandades podemos encontrar decenas de disparates, como aquel de una iluminada que llamó 'sepulcros blanqueados con herrumbre por dentro' a otros hermanos por el mero hecho de ir en una candidatura distinta sin que nadie hubiera abierto la boca, mientras el director espiritual de esa hermandad no quería saber nada de aquello y de los hirientes comentarios posteriores. Es solo un ejemplo, tenemos muchos más. Investiguen por la red si les interesa y a poco que transcurran quince minutos se llevarán las manos a la cabeza. Cabildos y postcabildos en estos pasados años de un buen puñado de hermandades dejaron atrás una estela de comportamientos lamentables y descalificaciones públicas que, para colmo, aún pueden leerse porque ni siquiera quienes las firmaron pasaron página para borrar tamaños bochornos o suprimir los 'me gusta' a tanto odio rezumado compaginado con hipócritas golpe de pecho en oraciones colgadas a continuación o fotos de santos de todas clases con frases rimbombantes.

Lo dicho: la JCC ha dado un ejemplo, una bofetada en la cara a los ¿cofrades? que van a cabildos con miradas altaneras, que insultan a personas cuando se han cruzado por la calle si no les vuelven la cara o incluso en plena oración a su titular, todo por un puesto de vulgar vocal en una junta de pueblo o empuñar una pértiga.

Deberían preguntar a Juanpe y a Ángel cómo lo han hecho, pero ¡ay!, si ese mal endémico que es la soberbia mezclada con la incomunicación nos puede, venciendo a los valores cristianos que tanto queremos hacer creer a los demás que tenemos, pavoneándonos en una procesión o escribiendo frases bíblicas en una red social, diciendo a los demás lo que tienen que hacer con sus vidas...