viernes, 31 de agosto de 2012

"Messi es un perro"


Extraordinario artículo de Hernán Casciari que he encontrado en el blog de la Editorial Orsai.

"Escribí esto hace dos o tres meses. Pero bien podía haberlo escrito el sábado a la noche, después del cuatro a tres contra Brasil. Esta reflexión apareció en las páginas 128 y 129 de la revista Orsai número seis y, desde que se publicó, me moría de ganas de ponerla en el blog, de contrabando. Solamente esperaba el momento oportuno para que cada palabra tuviera, otra vez, el apoyo de lo inmediato. Y hoy es buen momento. Me reafirmo, entonces, en la teoría del hombre perro.
El texto empezaba así:
La respuesta rápida es por mi hija, por mi esposa, porque tengo una familia catalana. Pero si me preguntan en serio por qué sigo acá, en Barcelona, en estas épocas horribles y aburridas, es porque estoy a cuarenta minutos en tren del mejor fútbol de la historia.
Quiero decir: si mi esposa y mi hija decidieran irse a vivir a Argentina ahora mismo, yo me divorciaría y me quedaría acá por lo menos hasta la final de la Champions. Y es que nunca se vio algo parecido adentro de una cancha de fútbol, en ninguna época, y es muy posible que no ocurra más.
Es verdad, estoy escribiendo en caliente. Redacto esto la misma semana en que Messi hizo tres para Argentina, cinco para el Barça en Champions y dos para el Barça en Liga. Diez goles en tres partidos de tres competiciones diferentes.
La prensa catalana no habla de otra cosa. Durante un rato, la crisis económica no es el tema de inicio en los noticieros. Internet explota. Y en medio de todo esto a mí me acaba de pasar por la cabeza una teoría extraña, muy difícil de explicar. Justamente por eso intentaré escribirla, a ver si termino de darle vuelo.
Todo empezó esta mañana: estoy mirando sin parar goles de Messi en Youtube, lo hago con culpa porque estoy en mitad del cierre de la revista número seis. No debería estar haciendo esto.
De casualidad hago clic en una compilación de fragmentos que no había visto antes. Pienso que es un video más de miles, pero enseguida veo que no. No son goles de Messi, ni sus mejores jugadas, ni sus asistencias. Es un compilado extraño: el video muestra cientos de imágenes —de dos a tres segundos cada una— en las que Messi recibe faltas muy fuertes y no se cae. 
No se tira ni se queja. No busca con astucia el tiro libre directo ni el penal. En cada fotograma, él sigue con los ojos en la pelota mientras encuentra equilibrio. Hace esfuerzos inhumanos para que aquello que le hicieron no sea falta, ni sea tampoco amarilla para el defensor contrario.
Son muchísimos pedacitos de patadas feroces, de obstrucciones, de pisotones y trampas, de zancadillas y agarrones traicioneros; nunca las había visto a todas juntas. Él va con la pelota y recibe un guadañazo en la tibia, pero sigue. Le pegan en los talones: trastabilla y sigue. Lo agarran de la camiseta: se revuelve, zafa, y sigue.
Me quedé, de repente, atónito, porque algo me resultaba familiar en esas imágenes. Puse cada fragmento en cámara lenta y entendí que los ojos de Messi están siempre concentrados en la pelota, pero no en el fútbol ni en el contexto.
El fútbol actual tiene una reglamentación muy clara por la que, muchas veces, caer al suelo es asegurar un penal, o conseguir que se amoneste al zaguero contrario es propicio para futuros contragolpes. En estos fragmentos, Messi parece no entender nada sobre el fútbol ni sobre la oportunidad.
Se lo ve como en trance, hipnotizado; solamente desea la pelota dentro del arco contrario, no le importa el deporte ni el resultado ni la legislación. Hay que mirarle bien los ojos para comprender esto: los pone estrábicos, como si le costara leer un subtítulo; enfoca el balón y no lo pierde de vista ni aunque lo apuñalen.
¿Dónde había visto yo esa mirada antes? ¿En quién? Me resultaba conocido ese gesto de introspección desmedida. Dejé el video en pausa. Hice zoom en sus ojos. Y entonces lo recordé: eran los ojos de Totín cuando perdía la razón por la esponja.
Yo tenía un perro en la infancia que se llamaba Totín. Nada lo conmovía. No era un perro inteligente. Entraban ladrones y él los miraba llevarse el televisor. Sonaba el timbre y no parecía oírlo. Yo vomitaba y él no venía a lamer.
Sin embargo, cuando alguien (mi madre, mi hermana, yo mismo) agarraba una esponja —una determinada esponja amarilla de lavar los platos— Totín enloquecía. Quería esa esponja más que nada en el mundo, moría por llevarse ese rectángulo amarillo a la cucha. Yo se la mostraba en mi mano derecha y él la enfocaba. Yo la movía de un lado a otro y él nunca dejaba de mirarla. No podía dejar de mirarla.
No importaba a qué velocidad moviera yo la esponja: el cogote de Totín se trasladaba idéntico por el aire. Sus ojos se volvían japoneses, atentos, intelectuales. Como los ojos de Messi, que dejan de ser los de un preadolescente atolondrado y, por una fracción de segundo, se convierten en la mirada escrutadora de Sherlock Holmes.
Descubrí esta tarde, mirando ese video, que Messi es un perro. O un hombre perro. Esa es mi teoría, lamento que hayan llegado hasta acá con mejores expectativas. Messi es el primer perro que juega al fútbol.
Tiene mucho sentido que no comprenda las reglas. Los perros no fingen zancadillas cuando ven venir un Citroën, no se quejan con el árbitro cuando se les escapa un gato por la medianera, no buscan que le saquen doble amarilla al sodero. En los inicios del fútbol los humanos también eran así. Iban detrás de la pelota y nada más: no existían las tarjetas de colores, ni la posición adelantada, ni la suspensión después de cinco amarillas, ni los goles de visitante valían doble. Antes se jugaba como juegan Messi y Totín. Después el fútbol se volvió muy raro.
Ahora mismo, en este tiempo, a todo el mundo parece interesarle más la burocracia del deporte, sus leyes. Después de un partido importante, se habla una semana entera de legislación.
¿Se hizo amonestar Juan exprofeso para saltarse el siguiente partido y jugar el clásico? ¿Fingió realmente Pedro la falta dentro del área? ¿Dejarán jugar a Pancho acogiéndose a la cláusula 208 que indica que Ernesto está jugando el Sub-17? ¿El técnico local mandó a regar demasiado el césped para que los visitantes patinen y se rompan el cráneo? ¿Desaparecieron los recogepelotas cuando el partido se puso dos a uno, y volvieron a aparecer cuando se puso dos a dos? ¿Apelará el club la doble amarilla de Paco en el Tribunal Deportivo?
¿Descontó correctamente el árbitro los minutos que perdió Ricardo por protestar la sanción que recibió Ignacio a causa de la pérdida de tiempo de Luis al hacer el lateral?
No señor. Los perros no escuchan la radio, no leen la prensa deportiva, no entienden si un partido es amistoso e intrascendente o una final de copa. Los perros quieren llevarse siempre la esponja a la cucha, aunque estén muertos de sueño o los estén matando las garrapatas.
Messi es un perro. Bate records de otras épocas porque solo hasta los años cincuenta jugaron al fútbol los hombres perro. Después la FIFA nos invitó a todos a hablar de leyes y de artículos, y nos olvidamos que lo importante era la esponja.
Y entonces un día aparece un chico enfermo. Como en su día un mono enfermo se mantuvo erguido y empezó la historia del hombre. Esta vez ha sido un chico rosarino con capacidades diferentes. Inhabilitado para decir dos frases seguidas, visiblemente antisocial, incapaz de casi todo lo relacionado con la picaresca humana. Pero con un talento asombroso para mantener en su poder algo redondo e inflado y llevarlo hasta un tejido de red al final de una llanura verde.
Si lo dejaran, no haría otra cosa. Llevar esa esfera blanca a los tres palos todo el tiempo, como Sísifo. Una y otra vez. Guardiola dijo, después de los cinco goles en un solo partido:
-El día que él quiera hará seis.
No fue un elogio, fue la expresión objetiva del síntoma. Lionel Messi es un enfermo. Es una enfermedad rara que me emociona, porque yo amaba a Totín y ahora él es el último hombre perro. Y es por constatar en detalle esa enfermedad, por verla evolucionar cada sábado, que sigo en Barcelona aunque prefiera vivir en otra parte.
Cada vez que subo las escaleras internas del Camp Nou y de pronto veo el fulgor del pasto iluminado, en ese momento que siempre nos recuerda a la infancia, digo lo mismo para mis adentros: hay que tener mucha suerte, Jorge, para que te guste mucho un deporte y te toque ser contemporáneo de su mejor versión, y, trascartón, que la cancha te quede tan cerca.
Disfruto esta doble fortuna. La atesoro, tengo nostalgia del presente cada vez que juega Messi. Soy hincha fanático de este lugar en el mundo y de este tiempo histórico. Porque, me parece a mí, en el Juicio Final estaremos todos los humanos que han sido y seremos, y se formará un corro para hablar de fútbol, y uno dirá: yo estudié en Amsterdam en el 73, otro dirá: yo era arquitecto en São Paulo en el 62, y otro: yo ya era adolescente en Nápoles en el 87, y mi padre dirá: yo viajé a Montevideo en el 67, y uno más atrás: yo escuché el silencio del Maracaná en el 50.
Todos contarán sus batallas con orgullo hasta altas horas. Y cuando ya no quede nadie por hablar, me pondré de pie y diré despacio: yo vivía en Barcelona en los tiempos del hombre perro. Y no volará una mosca. Se hará silencio. Todos los demás bajarán la cabeza. Y aparecerá Dios, vestido de Juicio Final, y señalándome dirá: tú, el gordito, estás salvado. Todos los demás, a las duchas".

miércoles, 29 de agosto de 2012

El comisario del 'Caso Bretón'


Creo que Telecinco habrá obtenido extraordinarios resultados de audiencia anoche con la presencia del comisario jefe del 'Caso Bretón', Serafín Castro, en el programa 'Nada es igual'. Sumamente interesantes algunos de los datos aportados por el alto cargo policial. Lo que me pregunto es si el Ministerio del Interior permitió esta comparecencia en un programa caracterizado por su amarillismo, hasta dónde ha sido 'interés general' o show mediático y si un policía de tanta responsabilidad puede dar su opinión y conclusiones particulares sobre lo sucedido para que al instante le pongan el rótulo dando por sentado lo que él ha expuesto sólo como consideración personal. Castro reveló algunos detalles objetivos, pero se dedicó posteriormente a hacer de Sherlock Holmes hasta aportar conclusiones que inmediatamente han sido dadas como válidas por la misma cadena y otras. ¿Hubo intento de lavado de cara del CNP con su presencia por parte del Ministerio?. Por cierto, el comisario debió ser convencido para hacer un 'Tour' por el mismo grupo mediático, porque hoy por la mañana ha estado en el programa de Ana Rosa Quintana y posteriormente en Cuatro. No sé yo cómo valorar todo esto...

lunes, 27 de agosto de 2012

Condenas mediáticas anticipadas


Me parece preocupante que numerosos medios de comunicación muestren desde esta mañana titulares en los que dan por hecho que los huesos hallados en Las Quemadillas son de los dos niños desaparecidos en Córdoba. La existencia del informe hasta ahora desconocido y la aparición de restos óseos cierra el círculo de una presunta culpabilidad de Bretón, pero de ahí a dar por hecho algo no probado a través del ADN o los medios oportunos, va un trecho. Es lógico que la sensibilización que provoca el tema suscite una condena anticipada de la ciudadanía, con el riesgo que ello conlleva siempre, pero que los garantes de la libertad popular a través de la objetividad de su actividad y la información veraz se adelanten -o no- a los hechos no probados no es serio ni contribuye a practicar una justicia adecuada con el autor o autores del supuesto crimen ni sus víctimas.

El caso me recuerda a la aparición de los huesos en la arqueta de un piso de la gaditana barriada de la Paz en el año 2005, cuando los medios dieron por sentado que la Policía Nacional, en un show al más puro estilo peliculero americano, detuvo a una persona acusada de matar a su mujer. Durante varios días, y en los medios de comunicación a todos los niveles, se hablaba de un asesino capaz de romper en trocitos a su pobre esposa y ocultar los huesos en una tubería. Al final, aquellos restos eran de un perro.

Por cierto, el forense y antropólogo autor del informe que ha destapado el descubrimiento de los huesos en la finca es Francisco Etxeberría. En esta fotografía se le puede observar en el centro, la capté cuando asistí a las I Jornadas de Exhumación para la Memoria Histórica celebradas en Grazalema en octubre de 2008. Fueron dos días en los que me impresionaron los datos aportados por los investigadores referidos a lo sucedido en los ominosos años de la Guerra Civil y el drama que rodea a las familias que perdieron seres queridos en anónimas fosas. Escuché atentamente al profesor Etxeberría. Me pareció un excelente profesional.

jueves, 23 de agosto de 2012

Ecce-Homo

No entiendo nada de lo ocurrido con el Ecce-Homo en la localidad zaragozana de Borga. Resulta que una pintura que aseguran tiene cierta valía -al menos temporal- se deteriora y aparece una anciana que, como artista local, se cuela por la iglesia con un par de botes de pintura y comienza a dar brochazos a diestro y siniestro hasta que convierte el sufriente Cristo en un personaje de Silent Hill. Ahora, media España está escandalizada por el resultado y la otra media tirada al suelo del cachondeo.

Insisto. No lo comprendo. Hagamos hipótesis: si el lienzo tiene valor, es imposible que el párroco permita que alguien inexperto ponga la mano en la obra, ya que cualquier restauración debe pasar por una comisión de patrimonio existente en cada Obispado, en este caso el de Zaragoza. Eso lo sabrá el cura de sobras, de manera que me pregunto qué piensa hacer el prelado de la Diócesis con su sacerdote descarriado artísticamente. Si éste solicitó permiso, ¿cómo es posible que la comisión de arte permita la intervención de la obra por alguien no profesional, algo que presupongo es del todo imposible que haya sucedido?

Pongámonos en el caso de que el Ecce-Homo carezca de valor y es un cuadro de andar por casa, sin necesidad de una restauración supervisada por las altas instancias diocesanas. En ese caso, el párroco decide una chapuza de andar por casa. ¿Y conforme transcurren los días, no ve lo que está haciendo la anciana, ni siquiera se interesa, nadie de la comunidad parroquial alerta del engendro, le quita los pinceles, no sé, la convence para que pinte el salón de su casa, el cuarto de baño? ¿Los responsables municipales tampoco tienen nada que decir, que controlar? Vaya desaguisado.

martes, 21 de agosto de 2012

Utopía


¿Alguien se imagina a un periodista de un informativo de televisión en España arengando al personal de esta manera en España? Mientras en Brasil sucede esto -desconozco si el locutor sigue en su puesto de trabajo-, en España se habla hoy de la enésima vez que Belén Esteban se separa de su marido. Y en los espacios para publicidad, vuelve a aparecer la borrica parda esta afirmando que ella juega al bingo por internet, gracias a una página que promociona. Julián Muñoz se pasea por Sotogrande como si fuera su propietario, entre otras importantes citas, para asistir a un torneo de polo. Además, pisa las playas y restaurantes que le da la gana. Dicen que lo paga su nueva novia, aunque personalmente me importa poco quien suelte la pasta. Por encima del dinero existe la ética de no salir de tu casa y dar ejemplo después de lo que has robado. Ni presuntamente ni pollas.

Si eso sucede por la mañana, por la tarde aparece Iñaki Urdangarín playeando con su señora esposa, entre otros relajamientos, que seguramente mitigarán el estrés de todo un año urdiendo irregularidades. El mismo agobio que presenciar en vivo el partido de baloncesto EEUU-España el domingo y una corrida de toros en El Puerto con un ministro ajeno al desastre que está sucediendo en nuestros espacios naturales.

Vaya basura de país que hemos construido por mucho que metamos casi las mismas canastas que los americanos. Qué verguenza de España.

lunes, 13 de agosto de 2012

Ceremonias olímpicas

No sabía que el director musical de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos era David Arnold ('Stargate', 'Godzilla', 'Die another Day') con el que estoy en esta fotografía en el marco del Festival de Música de Cine de Úbeda en el año 2007. Si lo llego a saber, le insisto para que lograra en este evento lo que hoy parece imposible: reunir a Roger Waters, David Gilmour y Nick Mason (Richard Wright ya falleció) para que los Pink Floyd participaran en ella. Me cachis...

Anoche vi el espectáculo y lo que me ocurre con estas cosas es lo mismo que con las películas dobladas. Llegas, justificas el porqué es un disparate amputar la voz de los actores y el listo de turno te dice "sí, pero en España doblamos muy bien las pelis". Es decir, que o me explico mal o es que no se entiende lo que quiero decir. Por mucho que los actores de doblaje sean lo mejor del mundo, la voz de Paul Newman es la suya y el hecho de cambiarla ya es motivo suficiente como para no entrar en el debate sobre si se imitan bien sus tonos dramáticos vocales.

Con las ceremonias de los Olimpiadas me sucede igual, porque por muy brillante que sea el show, no entiendo qué puñetas tiene que ver todo ese espectáculo con el deporte. Cada vez que un país acoge los JJOO, parece que aprovecha para hacer una exhibición de su poderío con los ingredientes más intrínsecos de su cultura, sus casposos monarcas y durante tres horas nos machacan con intervenciones en las que el deporte no está presente. Digo yo que una clausura anoche de una hora con la participación de los deportistas, especialmente los ganadores de medallas por equipos en competiciones vistosas, música sinfónica con la Orquesta de Londres -qué manera de desaprovecharla-, un par de recuerdos deportivos del último siglo, los discursos, desfiles y el emotivo apagado de la llama olímpica, y ya iríamos más que satisfechos. Es que meter a Annie Lennox en los Juegos Olímpicos es como si en la ceremonia de los Óscar apareciera José Tomás, que es un grande del toreo pero importa un rábano en el cine, o en el desfile patrio del 12 de octubre surge en el horizonte Manolo Escobar sobre su carro, historia viva de esta España querida. A mí me importa un carajo que me cuenten cómo ha evolucionado Reino Unido en su historia durante tres horas de ceremonia de apertura del mayor espectáculo deportivo del mundo, y otro cipote que las Spice Girl se reúnan para cantar sus espantos y tengan que hacerlo precisamente en las Olimpiadas, mientras lo más parecido al deporte que vimos anoche fue al equilibrista emulando la portada del 'Wish You Were Here' de Pink Floyd. Hombre, ya que tenemos el concepto de ceremonia olimpista equivocado, al menos que contáramos con la banda británica y sus tres componentes, o que alguien se hubiera acordado de Alan Parsons, el mejor ingeniero de sonido que ha dado la tierra inglesa en toda su historia. A lo mejor no quiso estar, ni idea.

Imagino que los mismos salidos que cuelgan todo el día fotos de tías casi en bolas en el facebook -no sé qué opinarán sus parejas- estarán ya practicando el preonanismo pensando que los siguientes juegos son en Brasil, cuyas tres horas de apertura olimpista se convertirán en todo un compendio de tetas zumbonas y culos inmensos.

sábado, 11 de agosto de 2012

Carlo Rambaldi

Ha muerto Carlo Rambaldi a los 86 años. Fue el creador de ET, de Alien, del gran gorila King Kong de la película de John Guillermin y los extraterrestres de Encuentros en la tercera fase, entre otras maravillas. Lo conocí en el Festival de Cine de Sitges en 1995, donde lo entrevisté para mi programa de cine en la radio y me permitió fotografiar una serie de dibujos y esquemas suyos que rescataré para mostraros que son una delicia.

Rambaldi era italiano y para concretar los detalles de ET se entendía por carta con Spielberg, que estaba en Estados Unidos. Por aquel entonces era impensable internet tal y como lo conocemos. De hecho, hablando con él en Sitges, se le notaba que jamás llegó a dominar el inglés con el dinamismo de quien lo aprende para siempre, no porque dudase de las palabras, sino por su pronunciación. Era un grande del diseño y de la creación, de los que ya no quedan ni tienen hueco en unos tiempos donde imperan otras técnicas. Tuvo tres Oscars. Descanse en paz en una semana negra en la que se nos fue Marvin Hamlisch, Sancho Gracia y Carlo Rambaldi.

jueves, 9 de agosto de 2012

Sancho Gracia VS Sánchez Gordillo

Vino a morir Sancho Gracia en las horas en las que se discute sobre la actuación de Sánchez Gordillo y sus sindicalistas de dudosa ortodoxia. Paradojas de la vida: se marcha el bandolero honesto y se queda el de la visa oro en su cartera. El alcalde de Marinaleda cogió su trabuco y se fue al mercadona para hacer de cruz de guía de lo que advierte está por venir: una revolución ciudadana en la que la gente asaltará los supermercados para poder comer. Siento la comparación con el símbolo cristiano, no sé si le molestará al alto cargo político que el Viernes Santo contrata agrupaciones carnavalescas para que actúen en su pueblo, aunque en honor a la verdad, los cuplés se entremezclan con los tambores templados, porque en Marinaleda hay Semana Santa y no hay cojones de entrar en una iglesia con penitentes a robar los cirios para dar lumbre a los pobres que no tienen con qué pagar las facturas de Endesa.

Vino a morir Sancho Gracia y a vivir Sánchez Gordillo en las redes sociales, en las ruedas de prensa, en los bares de ciudad y de pueblo, donde los del PP lo tachan de ladrón como insulto más diplomático y sus colegas de IU no saben qué decir, reinando la anarquía tan habitual en la coalición, donde compañeros de bancada comparten el fondo pero no la forma, otros capean el temporal desde sus responsabilidades de cogobierno y los comunicados hablan del prócer sevillano como si fuera un misil fílmico de 'Juegos de guerra' mientras Matthew Broderick trata de convencer a la puñetera máquina: "Está fuera de control".

Vino a morir Curro Jiménez para nacer la anacrónica copia de Robin Hood alentada por los herederos del terror. "Todo el ánimo y apoyo por esta acción de solidaridad contra el hambre y por la dignidad", escribe Mikel Errekondo desde su cuenta personal en Twitter, enviando en euskera "un abrazo" a Sánchez Gordillo, político de una tierra acostumbrada y resignada a recoger la sangre de sus hijos derramada por los compinches de Amaiur que ahora usan al de Marinaleda para vestirse también con piel de obreros explotados. ¿Tendrá Gordillo agallas para rechazar públicamente el apoyo de esa gentuza?

Vino a morir Sancho Gracia cuando necesitamos bandoleros buenos y sobran los de despachos. Y mientras todos tarareamos la música del maestro García Abril recordando al actor recorriendo la serranía rondeña a lomos de su caballo, la mitad de España se escandaliza por la acción de Sánchez Gordillo y la otra mitad disimula una sonrisa floja de complicidad sin importarles lo que pueda suceder mañana y mucho lo que ocurre ahora, que es nada menos que un gesto de desestabilización de un sistema del que estamos asqueados. El alcalde de Marinaleda se convierte en un elemento más para joder esta mierda de organización social y todo lo que sirva nos provoca el aplauso. Ya veremos si lo reprobamos luego, pero ahora nos volvemos de espaldas para aplaudir o hablar de los dos cojones de Gordillo, siempre con la boca chica. Para eso este país que tanto creemos es la repolla no deja de estar plagado de embusteros, trepas e incongruentes, imbéciles que lucen banderas de todos los colores y escudos absurdos cuando España gana algo en un deporte, o cretinos que nos representan, le pagamos una pasta y advierten jactándose antes de jugar que a ellos les importa un carajo esta nación que no es la suya, sin que los devuelvan a gorrazos a su puñetera casa, en su tribal y repugnante extranjero.

martes, 7 de agosto de 2012

López Gil y Armario

No tengo intención alguna de debatir sobre política, ni lanzar indirectas ideológicas. Probablemente, en este sentido, mi reino no sea de este mundo, si se me permite la paráfrasis, aunque eludir la participación en el ruedo de los partidos no es óbice para que opine sobre Fernando López Gil y Jaime Armario. Creo que ahora, al afrontar sus nuevos cometidos -el primero como delegado del Gobierno andaluz, el segundo coordinador del Instituto Andaluz de la Juventud-, San Fernando pierde -quizás definitivamente- la oportunidad de contar con dos brillantes gobernantes municipales. No me une con ambos más que la amistad, la misma que con algunos otros políticos de distinto signo. No soy militante del PSOE, si bien no sería justo si no les agradeciera el apoyo que hace tres años decidieron prestar a mi proyecto empresarial y al periódico, tanto en los apacibles cafés que Fernando siempre ha estado dispuesto a compartir con mucha gente de La Isla como con el apoyo publicitario de su partido hasta que llegaron unas elecciones locales cuyos resultados dejó más que tocadas a las personas y no a las siglas. Todo ello no sirve para comprar mis loas, entre otras cosas porque no soy nadie influyente como para que un partido político se sienta beneficiado o perjudicado con mis filias y fobias.

López Gil y Armario fueron hace años exponentes de una necesaria renovación política en La Isla, con el aval que ofrece la juventud más que las ideologías, la ilusión por encima de los principios macropolíticos, de las ansias por evitar que tu ciudad pierda el tren sobre los reparos que provocan los desacuerdos secundarios. Aquella frescura tuvo su recompensa y en las elecciones municipales de 2007, con un equipo en consonancia, ganaron la Alcaldía de San Fernando, arrebatada días después por mor de la permisividad del sistema de pactos, ese que a la clase política le dio por arrimarse, sin poner vallas al coto de un principio democrático inamovible: si hay que pactar, la fuerza mayoritaria debe estar presente, por lógico respeto a los electores. Lo contrario se convierte en la perversión de la democracia, algo que no digo yo, sino que lo aseveró en su momento la parlamentaria isleña Carmen Pedemonte (PP).

Quiso La Isla que cuatro años después ganara José Loaiza la Alcaldía de San Fernando y como no hay nada que objetar al respecto, pues santas pascuas. Pero tengo la convicción que aquella ciudad necesitada de un giro en muchos aspectos hace cinco años, perdió el dinamismo del que hacían gala López Gil y Armario. A lo mejor me equivoco y es sólo un pálpito ajeno a cualquier defensa política o rechazo a terceros que también tenían puestas sus ilusiones en hacer de San Fernando una ciudad tan distinta de la que vemos desde hace ya demasiado tiempo...

Espero que a ambos les vaya bien en sus respectivas tareas. Lucharán no sólo contra el anónimo trabajo diario y las zancadillas cercanas, sino también frente a los ciudadanos que los señalarán como parte alícuota culpable de la ruina en la que está sumida este país, esta provincia. Tendrán que capear el temporal y jamás encogerse de hombros, de hecho es probable que perdieran la Alcaldía isleña por los 'daños colaterales' provocados desde Moncloa, de manera que al menos esa fácil acusación no les sobrevendrá desprevenidamente. Mucha suerte. La misma que nos desearon en aquel desayuno navideño de 2010 en el que Fernando nos regaló a cada periodista una participación en la Lotería Nacional.